Los Temperamentos en la Literatura.
Los temperamentos en la Literatura (5 clases de una hora)
Basado en el libro de Conrado Hock "Los Cuatro Temperamentos".
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Introducción. ¿Qué son los temperamentos?
- El temperamento colérico en la Literatura
- El temperamento melancólico en la Literatura
- El temperamento sanguíneo en la Literatura
- El temperamento flemático en la Literatura
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| Responsable | Augusto Bompadre |
|---|---|
| Última actualización | 28/11/2025 |
| Tiempo de finalización | 5 horas 12 minutos |
| Miembros | 1 |
EL TEMPERAMENTO COLÉRICO EN LA LITERATURA.
“La virtud natural del colérico es la ambición. Su deseo de superarse y tener
éxito desprecia lo insignificante y vulgar y aspira a lo noble y heroico”.
“No le asustan las dificultades. Frente a los obstáculos muestra mucho más su
energía y también persevera ante grandes problemas hasta que haya alcanzado
su meta. El colérico no conoce la pusilanimidad o el desánimo”.
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EL TEMPERAMENTO FLEMÁTICO EN LA LITERATURA.
“El alma o la mente del flemático no se conmueven —o se conmueven apenas— ante
las impresiones. La reacción es débil o inexistente. Las posibles impresiones
desaparecen muy rápido. (...) No se exaspera con facilidad ante las ofensas o por sus
fracasos y sufrimientos. Permanece sereno, pensativo, reflexivo y tiene un juicio
práctico, frío y sensato. No tiene pasiones intensas ni le exige demasiado a la vida.”
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EL TEMPERAMENTO MELANCÓLICO EN LA LITERATURA.
“Los pensamientos del melancólico son profundos. Le gusta pensar demasiado en el
pasado y le preocupan los sucesos de hace mucho tiempo. Es perspicaz. No se satisface
con lo superficial, analiza las causas y las relaciones entre las cosas. Busca la ley que
afecta la vida humana, los principios según los que debe actuar el hombre. Tiene una gran
variedad de pensamientos. Mira hacia el futuro, asciende hacia lo eterno. Suelen
conmoverlo en profundidad, sobre todo las reflexiones religiosas o los planes que tiene.
Sin embargo, rara vez permite que esta agitación feroz se note por fuera. El melancólico
sin educación suele caer en la tristeza y la ensoñación.”
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